Mi Fiat 600. Miss Daisy
Cuando me recibí de médica, papá me regaló un Fiat 600. Color celeste cielo, 1974.Lo estrené recién en Julio de…
Cuando me recibí de médica, papá me regaló un Fiat 600. Color celeste cielo, 1974.Lo estrené recién en Julio de…
Para mi asombro, mi amigo tenía más historias y más autos en ellas: “Ah! La Cisitalia… Era para mí el…
Mi amigo continuó con su relato: “En 1969 ya había convencido a mi papá de la indudable conveniencia de adquirir…
Mi amigo tenía historias para las mil y una noches pero con los autos como protagonistas. Así siguó: “Un domingo…
Espontáneamente mi amigo continuó con su narración, envolviéndose en su sentimiento por los fierros conmovedoramente: “El día de mi cumpleaños…
“Pasaron los años y, en el verano de 1964 yo tenía 17 años. Terrible impaciencia por empezar a manejar. Así que mi papá me dijo “No vas a empezar a manejar hasta que no tengas 18 años y sepas muy bien cómo funciona un auto”. Entonces, para esa Navidad me había regalado mi primer libro de autos: el “Manual de Automóviles” de J. Arias Paz que enseguida coloqué junto a las revistas – ¨Parabrisas”, “Velocidad”, “Quattroruote” y mi favorita: “Road & Track” – que atesoraba desde hacía unos años.
Durante 1984, empecé mi relación con mi amigo del Mercedes Benz 220 SE.
Rápidamente me di cuenta que los autos eran un componente importante en su vida. Su biblioteca y su colección de fotos estaban estructuralmente ligadas a su historia.
Es que nuestra “Miss Daisy” – como el personaje de la famosa película – participó inevitablemente – como todas las mujeres de su época – de la historia del automóvil en general. Pero también y especialmente, fue testigo y partícipe del movimiento coleccionista de automóviles clásicos durante casi cuarenta años.