Cañón Goliat Revolucionario, un juguete antiguo que sobrevive hoy en día.

Cañón Goliat

Cañón Goliat

Siguiendo con los elementos de nuestra portada, y buscando provocar un regreso a la niñez de muchos de nuestros lectores.

Comparto con ustedes este pequeño gran juguete. El cañón Goliat. Una joya de la industria nacional de más de 40 años. Fabricado de manera casi artesanal hoy en día por el nieto de su productor original, estos juguetes son una interesante forma de acercar a un niño a ser un hombre, y por qué no, a un hombre a ser un niño.

Los cañoncitos Goliat ya son viejos y su espíritu es más de un David frente a los juguetes tecnológicos que hoy usan los niños para divertirse. Sin embargo nada puede ser más similar a disparar un cañón verdadero que la combinación de bronce, pólvora y proyectil que el mismo trae a nuestras manos.

De madera, bronce y plástico, estos cañones son una leyenda de la manufactura argentina que como siempre, su genialidad técnica no fue acompañada de genialidad marketinera.

Es un producto que a fuerza de voluntad sobrevive y, a pesar de ser muy interesante, su falta de producción en escala hizo que no se exporte exitosa-mente a otros lugares del mundo.

Sin embargo siguen cumpliendo su fin. Y divierten a jóvenes y adultos que pueden de manera segura replicar el fuego de artillería de nuestras guerras de independencia.

¿ Cómo funciona el cañón Goliat?

El ingenioso sistema del cañoncito consiste en un cañón móvil de avancarga dentro de la estructura de un cañón de bronce. El mismo utiliza una mecha, que también es la carga propulsora para trabarse en lo que podría llamarse una posición de amartillado. Es decir traba al cañoncito hacia atrás, coincidiendo el agujerito por donde pusimos la mecha entre el cañón exterior (falso) y el verdadero cañón. El mismo posee un resorte que una vez consumida la porción de mecha que hace de traba hace avanzar al cañón real y cierra la recamara, el proyectil ofrece resistencia para que la expansión de los gases producida por el resto de mecha genere presión y cuando el mismo no puede soportar más, BANG, y el proyectil sale disparado. El disparo por las características de la pólvora, produce fuego, residuos quemándose y humo lo cual crea un ambiente de disparo real. Después de todo, fue un disparo real.

Cargarlo es un placer y muy divertido. Primero colocamos el proyectil de plástico en la boca del cañón haciendo presión, luego trabamos hacia atrás el tubo interno y colocamos la mecha.

Para dispararlo simplemente encendemos la mecha y apuntamos hacia un lugar seguro.

Cañón Goliat
Aquí tenemos una vista lateral del mismo. Vemos también cuatro cargas y 4 proyectiles.

Los Goliat son un común denominador en jóvenes y hombres que poseen pasión por la historia, las máquinas y las armas.

Como dato curioso hace unos años hablaba con mi padre sobre ellos, quien comentó que armaba  batallas con un amigo, poniendo cañones de un lado a otro disparándose uno al otro, tratando de impactarse. Yo, que por mi edad no puedo evitar ser más postmoderno, le pregunté si usaban protección en los ojos, el me miro, y con cara de haber tenido una epifanía me dijo: ¨no, no lo habíamos pensado¨.

Que buenos hombres los de antes, que no tenían tanto reparo en hacer cosas tan sencillas como dispararse con cañones sin colocarse protecciones. Hoy en día las madres asustadizas se horrorizarían y harían un escándalo en los medios por que sus hijos usan tan peligroso artefacto y se podrían sacar un ojo. Y los niños de hoy en lugar de tratar de ser hombres tendrían una actitud digna de  unas señoritas indefensas.

Por todo esto creo que un cañón Goliat es una pieza clave en la educación de un niño, una forma de alejarlo de los juegos virtuales y por qué no recordar aquellos viejos tiempos.

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